«Realmente, no es difícil advertir un hálito del espíritu que anima El anillo de los Nibelungos en mis Buddenbrook, en esa procesión épica de generaciones unidas y entrelazadas gracias a un conjunto de motivos centrales.»Thomas MannThomas Mann reservó su entusiasmo y sabiduría de lector meticuloso ...
«Realmente, no es difícil advertir un hálito del espíritu que anima El anillo de los Nibelungos en mis Buddenbrook, en esa procesión épica de generaciones unidas y entrelazadas gracias a un conjunto de motivos centrales.»
Thomas Mann
Thomas Mann reservó su entusiasmo y sabiduría de lector meticuloso para aquellos autores cuyas obras le hicieron soñar. Como figura central de este panteón de padrinos culturales se alza Richard Wagner, pasión fundamental del escritor y piedra de toque de algunas de sus novelas. Este libro ofrece una visión plural y cambiante del compositor, a quien Mann admiró sobre todo por haber sabido trascender las limitaciones específicas de su campo y aspirar a la universalidad.
Thomas Mann (1875-1955), genial ensayista y narrador, publicó su primera novela, Los Buddenbrook, con solo veinticinco años. Con ella obtuvo un reconocimiento inmediato que se vio refrendado con la publicación de obras maestras como La muerte en Venecia (1912), La montaña mágica (1924), el ciclo José y sus hermanos (1933-1943) o Doctor Faustus (1947). En 1929 la Academia Sueca le concedió el Premio Nobel de Literatura.
Edición de Erika Mann Traducción de Ana María de la Fuente
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